Lejanías
Desde mi mecedora y mi terraza que mira al mar, te miro, te contemplo y te extraño. A ti, nube viajera que zarpaste hace tiempo por buscar un ideal. Tal vez una aventurar tal vez tu desaventura. Pero diste rienda suelta a tus emociones y dejaste que brillaran como el sol que hoy se funde con el mar del horizonte ante mis ojos. Tengo tanto que decirte, mujer, por ejemplo que te extraño, o que no concilio el sueño mas que dando cien mil vueltas a la cama incluidos el colchón, sábanas y almohada. Pero no quiero entristecerte; no quiero que abaedones tu rumbo y vuelvas sólo porque este loco te implora.

Quisiera que me dijeras que también me extrañas y que vas a regresar. Pero no tengo el valor de pedirte que me extrañes ni de preguntarte si volveras. Aquí el aire es muy salado, si bien te acuerdas de este mar, tan indeciso como mi pluma, tan necio como yo. Sigo sentado en la terraza de maderaque se pudre más que yo. En mi vieja mecedora, que es tan vieja, que ya dejó de rechinar. Sigo mis ideales con un dedo para no perderlos de vista. Te conservo, como siempre, en mi recuerdo para en mis sueños volverte a amar. Amarte a la distancia aunque me haga llorar. Amarte sin fronteras para descubrir que inclusiveasí se puede amar. Demostrar que somos fuertes y que vencimos a la distancia. Te seguiré amando y llorando hasta que puedas regresar.

Rodrigo Flores
8 - marzo - 97


Regresar