En ocasiones me da por soñar, y descubro innumerables paisajes. Descripciones fieles de algún lugar en la lejanía.
Me imagino a la gente caminando por calles que no son las mías; bajo un sol
que, aunque es el mismo que me alumbra, tiene una luz distinta.
Asi, a miles de kilómetros de distancia, te encuentro a ti; y junto a ti, me imagino a mi mismo.
Te miro con el respeto que un esclavo tendría a su amo, con la misma devoción con que los Aztecas adoraban a los dioses. Te miro a ti y me miro a mi mismo y me refugio de ambas miradas.
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